junio 18, 2006

: Patricia Lezama :

Manos nerviosas

Para cuando mi abuela muera
las tumbas estarán cerradas y
los dioses ya se habrán cansado de blasfemias.
Hoy me senté en su sillón
para verla una vez más.
Si los tejidos de las arañas nos sostuvieran...
Aún no lo creo
-platicas como ayer-,
me engañó una vez más
la verdad silbando en tus manos nerviosas.



Aquí

Me da miedo el espacio
entre la luna y la tierra;
he sido refacción de una familia,
y no sé que hay antes ni después
de la vida.
¿Serán las moléculas invisibles
las que me hacen odiar?
Estoy viviendo un año luz en mi alma.
Será porque la vía láctea
me hizo soñar
con la muerte.
El vientre fue la nave de otro planeta;
el viaje me hizo perderme en el olvido
y ahora no sé cómo estoy escribiendo
aquí.



Busco la sombra

En el tiempo aletargado
busqué la forma de sonreír,
pero me masticó el abismo;
fue como calentar espadas a latigazos.

Escucho esas notas y te quiero sobre el sol;
tus nalgas tienen la espesura
de una mañana agobiante.

Si todo fuera trabajar el intestino,
un día al mes
y fornicar con cada ave que se encuentra
refugio en mis muslos de rapiña...

Podría dejar el sarcasmo
para cuando entibie el ataúd
o te diga adiós,
pero hay aún
huellas de amabilidad
en mi cáncer.
Busco la sombra que hacen tus ojos
para escurrir mi lengua hasta donde
tú quieras.


A Martín

No habrá lluvia de miedo,
ni ojos en la puerta.
Pintaremos la cebra
de color azul,
coseré los regaños para ponerlos
de adorno en un cuadro;
pero no podré hacer nada
por tu soledad.
Tu madre estará
detrás del ojo de la cerradura,
la oirás pisando con locura sus cenizas.
Mi pequeño lobo estepario...
guardaré tu destino
para que no rompan tu poesía;
no dejaré que destrocen
nuestro búfalo rosa.



Patricia Lezama. LIBROS DE POESÍA: El pronto insecto de la vida (¿?)


No hay comentarios.: